HISTORIA DEL TATUAJE

Es sabido, que desde los primeros hombres fue costumbre la modificación de la presencia natural corporal, alterarse de alguna forma el cuerpo, ya sea de manera transitoria o permanente, está presente en todas las culturas. Las causas a través del tiempo han variado o se han incrementado; seguramente al principio sólo acostumbraban colorearse el cuerpo con el fin de protejerse de las inclemencias ambientales: calor, insectos, ente otros. El uso objetos pendientes o la pintura corporal, quizás tuvieron uso ornamental con el objeto de producir en los demás una impresión agradable de su exterior. Pero estas alteraciones, no son las únicas de las que se tienen referencias en el México Prehispánico, hay varias prácticas, que serán abordadas en los párrafos siguientes.

Entre los habitantes del México anterior a la Conquista, antes de 1492, alterarse la morfología del cuerpo, parcial o totalmente y de manera transitoria o permanente, fue una costumbre muy difundida.

Contamos con evidencias de estas prácticas culturales de distinta índole: sellos de cerámica, figurillas, cráneos, dientes y relatos de crónistas, los cuales nos hablan de cómo, cuando, quién y a quienes las realizaban, y algunos nos narran hasta el porqué.

Muy probablemente la pintura corporal y el uso de adornos, fueron los primeros medios que el hombre puso en práctica con el fin de adornarse. Posteriormente, fue común las alteraciones tegumentarias: escarificaciones y tatuaje; la deformación de la cabeza y el limado e incrustación dentaria.

Las causas de estas alteraciones fueron varias, quizás en un principio tuvieron el fín de adornarse, además de protejerse, algunas están relacionadas con sus festividades, con sus ciclos agrícolas o con sus ciclos de vida. Fue común que celebraran alguna festividad o acontecimiento natural, por ejemplo, inicio de temporada de lluvias, paso de la niñez a la pubertad, pintándose la cara y/o el cuerpo con diseños y colores específicos y efectuaran algunas danzas. También los guerreros acostumbraban, al regreso de una batalla, hacerse escarificaciones sobre la piel de la cara, brazos o piernas. Quizás por motivos ornamentales practicaron la perforación o distensión del lóbulo de la oreja o de los labios, sobre todo del inferior. Asimismo, era frecuente deformarse la cabeza, limarse o incrustarse piedras semipreciosas en los dientes anteriores.

Los antiguos mexicanos no fueron extraños al adorno del cuerpo con el fin de embellecerlo; sobre todo la nobleza, se adornaban las piernas y los brazos con anillos y brazaletes; con collares y con plumas el cuello y la cabeza, y también se perforaban los labios, las orejas y el tabique de la nariz, para hacer pasar por las aberturas canutillos metálicos, dentro de los cuales se colocaban plumas de varios colores.

Los principales señores usaban grandes pendientes en las orejas, en el labio inferior y en la nariz, previamente perforados, así como pulseras, brazaletes, anillos y collares. La gente rica que no pertenecía a la nobleza, tenía joyas de perlas, esmeraldas, amatistas y otras piedras preciosas, engastadas en oro. Los adornos de la plebe consistían en collares de conchas, de cristal de roca y de ámbar.

La mayoría de los cráneos fechados en tiempos anteriores a la Conquista, y obtenidos en excavaciones arqueológicas o de donaciones nos muestran huellas de deformación intencional y con menor frecuencia limado e incrustación dentaria, así como pintura negra sobre los dientes anteriores.

El uso de la pintura corporal, del tatuaje, de las escarificaciones, de la perforación o distensión del lóbulo de las orejas y/o de los labios, es posible observarlas en figurillas de arcilla, procedentes de todos los lugares del México Prehispánico y culturas que nos precedieron en el tiempo.

COLORACION DEL CUERPO

Probablemente fue la primer alteración de tipo temporal que el hombre realizó sobre su cuerpo; ésta consistió en cubrir de manera uniforme, una región corporal o totalmente el cuerpo, utilizando sustancias o pinturas de varios colores o arcillas naturales que al secarse, tomaron distintas coloraciones. Las causas quizás hayan sido protección del frío o de las quemaduras provocadas por el sol, o de los piquetes de los moscos en aquellas regiones calurosas húmedas.

TATUAJE

La palabra tatuaje es de origen oceánico; viene de la frase polinesia tatau, que el polinesio alarga al pronunciarla como si se escribiera tatahu, y está compuesta de ta, dibujo, impresión, y de tau, piel; significa dibujo en la piel.

En su principio, el tatuaje fue simplemente ornamental y decorativo; después sirvió para distinguir a los miembros de una familia, de una tribu, de un pueblo, a la vez que de adorno, caracterizando así tipos étnicos. Y después fue un signo de posesión.

El tatuaje debió comenzar en un principio solamente en la cara y extenderse después al resto del cuerpo.

Esta práctica se puede definir de manera muy general como la modificación del color de la piel, la cual se logra rompiendo el tegumento para introducir sustancias colorantes en las heridas.

El proceso en tiempos prehispánicos quizás haya sido el siguiente: realizar en la piel pequeñas punciones o piquetes, con un instrumento de dientes agudos, por medio de los cuales se introducía la materia colorante, provocando el grabado permanente de la figura dibujada anteriormente sobre la piel.

Otra forma de realizar el tatuaje, quizás haya sido el paso de un hilo impregnado de colorante, colocado en una aguja muy delgada, a guisa de cedal, a través de la piel.

Hay escritos y figurillas que muestran que los guerreros mayas se pintaban la cara y el cuerpo de varios colores, con el fin de espantar a sus enemigos. A la gente del pueblo no se le permitía tatuarse.

Se dice que se grababan en el cuerpo toda especie de dibujos y de figuras de animales. Haya afirmaciones que los antiguos yucatecos eran considerados tanto más valientes cuanto más tatuados estaban. El guerrero joven comenzaba con una o dos figuras, y por cada nueva víctima que hacía, pedía una nueva inscripción.

Mencionan que los mayas hacían el dibujo con tinta y después le aplicaban pintura; a veces se les infectaban las heridas; se mofaban de aquellos que no se labraban la piel. Se herían la cara y los brazos con una navaja de pedernal; el pigmento colorante era hollín proveniente del pino.

Las mujeres mayas no se pintaban la cara, pero se tatuaban el cuerpo hasta la cintura, a excepción de los senos, con labores más finas que las de los hombres.

PINTURA CORPORAL

La pintura corporal pudo haberse aplicado de diversas maneras, con pinceles, con sellos o pintaderas y los colores utilizados pudieron haber sido de origen vegetal o mineral. Las formas obtenidas, fueron dibujos o combinación de colores.

Es posible que a la costumbre sencilla de pintarse el cuerpo, haya sucedido la de grabarse, para que lo que sirve de adorno sea más duradero y persistente.

Daban gran importancia a la pintura, sobre todo se pintaban pecho y brazos, y con menor frecuencia el tórax o las piernas.

Los acaxes de Durango y Sinaloa, se pintaban la cara, los brazos y las piernas de amarillo o negro, con hollín que tomaban del fondo de los comales. Y cuando volvían vencedores y traían la cabeza de un vencido, en la fiesta que hacían se agujereaban el labio inferior y pasaban por el un hueso como de cuatro cm de largo, y hacían tanto agujeros como hombres habían matado.

Los tehuecos de Sinaloa, se pintaban la cara y el cuerpo con colores brillantes y se adornaban la cabeza con plumas de guacamayo.

Los tobosos de Coahuila y Nuevo León, en la muerte de alguno de sus parientes se pintaban la cara figurando una calavera con lagrimas en las mejillas para simular el pesar que les causaban su pérdida.

En algunas fiestas las mujeres mayas, se pintaban de rojo, como los varones, y ponían al color una goma aromática y por medio de moldes delineaban las figuras en el pecho, en los brazos y en la espalda. También utilizaban estos grupos, el color azul y el amarillo.

Figurilla maya procedente de Jaina Campeche con pintura corporal sobre la cara y los brazos.

Los mexicas no sólo se pintaban con motivo de sus fiestas guerreras, sino que también lo hacían cuando algún acontecimiento les llenaba de regocijo.

ESCARIFICACIONES

De manera general, las escarificaciones consisten en levantar la piel de alguna región corporal para producir relieves notables. Se producen haciendo heridas e introduciendo en ellas cuerpos extraños (ceniza o pequeñas piedras), con el fin de causar levantamientos notables.

Figurilla procedente de Jalisco. Muestra escarificaciones sobre los hombros y brazos.

Las incisiones o escarificaciones que son la forma más simple del tatuaje, sucedieron al afeite de la pintura exterior. Las pinturas se usan juntamente con las incisiones o escarificaciones del cuerpo, dentro de las cuales se introducen las tierras coloreadas o carbón molido para que resalten las gruesas y prominentes cicatrices que se hacen en la cara, en el tronco o en las piernas.

Otra especie de cicatrices consiste en hacer una incisión e impedir la cicatrización de la herida. Esto se consigue levantando la costra que se forma y avivando la herida; lo que da por resultado una cicatriz exuberante formada de gruesos botones carnosos.

Estas cicatrices, tuvieron distintas formas: geométricas, simples líneas rectas, círculos concéntricos, rombos, rayas entrelazadas en forma de estrellas o figuras de animales.

Es posible observar entre algunas figurillas mayas, sobre todo entre las procedentes de Jaina, Campeche, una hilera de cicatrices o escarificaciones sobre la cara, se extienden desde la frente en toda su altura hasta la punta de la nariz.

Figurilla de Jaina Campeche con escarificaciones sobre las mejillas y una línea de puntos sobre la frente.

Entre algunos grupos del occidente de México, las escarificaciones están presentes además de la cara, sobre los hombros y/o brazos.

Los opatas, ubicados cerca de los pimas y de los apaches, tenían la costumbre de que las madres picaran a los recién nacidos con una espina, alrededor de los párpados, para dejarles impresos muchos puntos negros, que formaban arcos, como símbolo de hermosura. Como símbolos de distinción, tenían unas cicatrices longitudinales y ondulantes, que los acreditaba como guerreros.

Los guachichiles, moradores de los estados de Zacatecas y Coahuila, tenían como cicatrices que los acreditaban como valientes; para la guerra se pintaban sobre el cuerpo dibujos de animales y adornaban la cabeza con plumas de colores,

DEFORMACION CEFALICA INTENCIONAL

La costumbre de modificar la forma de la cabeza de los recién nacidos, fue una costumbre muy arraigada y difundida entre todos los pueblos de México, antes de la Conquista. Los orígenes de esta práctica no se conocen; hay evidencias de ella en América, Asía, Europa y África. En nuestro país, el cráneo más antiguo deformado culturalmente procede de la cueva de Texcal, en Valsequillo, Puebla; sitio fechado con una antigüedad de 7000-4500 antes del presente.

Esta práctica es posible realizarla en niños pequeños, cuando es fácil moldear la cabeza, debido a la plasticidad de esta estructura ósea, y porque casi todos los huesos están en pleno proceso de crecimiento; Para lograr su propósito, podían utilizar dos tipos de aparatos deformadores; cunas o aparatos cefálicos, o la combinación de ambos, primero el uso de cuna y posteriormente, cuando el infante se desplazaba por sí mismo, la colocación de un aparato cefálico.

Los aparatos cefálicos fueron ser de varios tipos, Dembo e Imbelloni, nos dan una lámina con varios de ellos. En el México Prehispánico, lo común fue el uso de dos tablillas, una anterior y la otra posterior, sostenidas con cuerdas o vendas, menos frecuente fue la colocación del sujeto en cuna.

Tipos de aparatos cefálicos deformadores. Tomado de Dembo e Imbelloni, 1938: 292.

Cuando utilizaban tablillas, obtenían formas de compresión anteroposterior, lo que provocaba una expansión lateral notable de la cabeza; a este tipo de deformación se le conoce como Tabular y puede ser de dos variantes; Tabular Erecto (Figura 7A), si las dos tablillas están colocadas paralelas y verticales entre sí; cuando las tablillas están paralelas e inclinadas hacia atrás, lograban la variedad Tabular Oblicuo (Figura 7C).

A. Cráneo deformado Tabular Erecto. B cráneo deformado. C cráneo deformado Tabular Oblicuo.

Hay otro tipo de deformación, el Anular, que lograban usando únicamente vendas, para lograr formas redondas con expansión superior (Figura 8).

Cráneo deformado del Tipo Anular.

Los escritos de los cronistas, nos indican que eran las parteras o las madres de los niños las indicadas para realizar esta práctica. Sabemos que no había preferencia sexual, deformaban la cabeza de los niños y de las niñas.

Las razones posibles, pudieron ser: ornamentales, embellecimiento (la menos creíble, puesto que no sabemos cuál era su concepto de belleza), jerarquía social, distinción entre grupo o etnias, para parecer más fieros durante las guerras, y quizás más tarde por costumbre.

Los estudios sobre el tema indican que el tipo más común durante la época prehispánica fue el Tabular Erecto, seguido con una amplia diferencia, del Tabular Oblicuo.

LIMADO E INCRUSTACION DENTARIA

Otra práctica cultural, con el fin de alterar la morfología corporal, fue el limado e incrustación de los dientes, sobre todo de los anteriores (incisivos y caninos). La finalidad pudo haber sido un medio ornamental, una expresión de duelo, o un rito de iniciación (extracción de un diente).

Esta alteración se realizaba a hombres y mujeres de edad adulta, hasta ahora, no hay evidencias de que se llevó a cabo en dientes de leche o primera dentición. En general, esta modificación cultural fue practicada con mayor frecuencia por los hombres. Todas las localizadas hasta hoy están concentradas en el cuadro de clasificación del maestro Romero (1974).

Tabla de clasificación de los tipos y formas de mutilación dentaría. Tomada de Romero, 1986:11.

El limado de los dientes es el más antiguo. Es un proceso relativamente fácil, quizás en sus inicios haya sido autolimado, es decir, la misma persona se realizaba el trabajo, utilizando ciertas piedras y agua, para obtener distintas formas.

Limado de los dientes anteriores superiores del cráneo del entierro 144, procedente de Cholula, Puebla.

La incrustación dentaría es una labor en la cual es necesaria la intervención de otra persona, la que debió tener amplios conocimientos sobre anatomía dental, ya que la mayoría de los dientes catalogados e inventariados, no muestran huellas de infecciones a causa de esta alteración. Se supone que para efectuarla usaron un pequeño taladro, ya que no se ha encontrado el instrumento que utilizaban para realizar el trabajo dentario. Los cronistas se concretan a describir morfológicamente los distintos modos de trabajo, dicen que se realizaba por la rotación de un pequeño cilindro hueco actuando indefinidamente sobre una delgada capa de polvo silicio. Por lo general hacían una perforación de forma circular y colocaban dentro de ella, pequeños discos de jadeíta, hematita, turquesa, y muy pocas veces hueso, ayudándose para fijarlas, de un cemento del cual, hasta ahora, se saben sus componentes químicos, pero no se ha logrado obtenerlo. La piedra más usada fue la pirita, la cual es un sulfuro de hierro o cobre o una combinación de ambos metales; su color original es amarillo y tiene un brillo metálico, el cual con el paso del tiempo adquiere un tono café oscuro. Estas perforaciones, en la mayoría de los casos, no llegaron a afectar la cavidad pulpar y, por lo tanto, no provocaron infecciones ni pérdida de la pieza trabajada.

Dientes anteriores con limado e incrustación dentaría del cráneo del entierro 121 de Chiapa de Corzo, Chiapas.

Puede afirmarse que las alteraciones dentarías más elaboradas proceden de la zona maya, pero no olvidar que se tienen ejemplares únicos procedentes de todo México prehispánico.

Algunos grupos del México Antiguo, también acostumbraban pintarse los dientes, hay referencias y piezas dentarias procedentes de algunas culturas asentadas en el golfo de México, que señalan el uso de materiales de color negro.

CONSECUENCIAS DE LAS ALTERACIONES CORPORALES

Para cerrar este tema, es importante anotar un poco de las consecuencias estructurales, histológicas, fisiológicas y hasta lingüísticas de algunas de las practicas culturales cuyo fin primordial, fue el de alterar de manera temporal o permanente el cuerpo humano.

La deformación cefálica intencional provocó cambios estructurales no sólo de la región posterior de la cabeza, sino también en la región facial, y en específico las cavidades oculares y el plano de oclusión dental. Las alteraciones de las órbitas repercutieron en la visión del sujeto; lograron como consecuencia el estrabismo. Éste no se debe, a la colocación de un pegotillo entre los ojos, como nos lo mencionan los cronistas, sino que es consecuencia de la alteración ósea.

Los dientes, por el limado practicado, tienden a presentar cambios en su plano oclusal o línea de contacto entre los dientes superiores e inferiores, a veces, hay una asimetría notable de ambas mitades, o un desgaste mayor en uno de los lados.

No olvidar las consecuencias de la costumbre de alterarse los lóbulos de las orejas, ya sea por perforación o distensión. La fijación de grandes pesos distiende considerablemente el lóbulo, interfiere en la audición y puede llegar a ocasionar la rotura del lóbulo.

La perforación o colocación de objetos pesados en los labios provoca tracción hacia delante y abajo, reducción del espesor y hasta su rotura, dejando expuesta la arcada dentaria. También pueden producirse consecuencias histológicas: hipervascularización sanguínea, abundante proliferación de fibras musculares, desaparición de las glándulas sebáceas y mucosas; consecuencias fisiológicas: la dificultad para ingerir alimentos; y lingüísticas: la modificación y en casos extremos la desaparición de sonidos labiales.

Al efectuar la introducción de pintura corporal, algunas de las heridas quizás se hayan infectado y producido grandes infecciones; sin embargo, hay que tener presente el amplio conocimiento que se tenía no sólo de la anatomía humana, sino de los productos terapeúticos naturales.

Para concluir, no debemos olvidar que los antiguos mexicanos, practicaron la alteración del cuerpo humano de distintas maneras, y que éstas prácticas siempre tuvieron un porqué y un para qué. Tuvieron motivos naturales (protección a ciertas inclemencias ambientales), religiosos (ritos de paso, iniciación) y sociales (distinción, posesión, status), pocas veces, pudieron haberse practicado por costumbre o moda.

Es importante recordar que la mayoría de los ejemplares óseos que muestran estas modificaciones corporales, están debidamente resguardados en el acervo osteológico de la Dirección de Antropología Física del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Mehndi es el arte tradicional de pintar el cuerpo con HENNA
El Mehndi tiene su origen en tiempos remotos en egipto y fue llevado a la india por los Musulmanes.Este a viajado a través del tiempo, continentes y culturas.
Asi es que tenemos la oportunidad de ver el pasado y sentir esta energía con tan solo abrir las manos.La Henna a sido conectada a la magia, cómo protección, cómo talismán o cómo una oración a lo mismo que cómo un símbolo de gran belleza.
Tener las palmas adornadas se convierte en un espacio de comunicación con otras energías.

La palabra Mehndi se aplica al proceso de teñir con henna la piel.
Para que la Henna deje su marca en la piel, sus hojas son molidas finamente, este polvo se filtra varias veces para después ser mezclado con aceites para lograr la pasta que finalmente será aplicada para teñir la piel.
Después de aplicada la Henna, se debe de remojar con una solución de limón y azúcar durante el proceso de secado de la Henna. Esto ayudara a que la piel absorba la Henna y asi obtener un color más obscuro.
Al día siguiente se arranca la pasta cuidadosamente, para asi revelar el diseño. Se puede esperar que quede un color de café claro a obscuro.
Este durara de una a dos semanas, dependiendo de que tanto contacto tienes con el agua, que jabón utilices, tu tipo de piel y en que área te hiciste el diseño.


¿La henna es un tatuaje temporal?
La henna a sido comparada en la actualidad con un tatuaje temporal. Por el hecho de ser un diseño enla piel que dura un par de semanas se podría llegar a dar esta comparación. Pero es importante recalcar, que a diferencia del tatuaje, la Henna es un arte en el cual no se utiliza en ningún momento agujas o ningún otro objeto para perforar la piel, y por lo mismo no se siente ningún dolor ni queda ninguna marca o cicatriz a diferencia de un tatuaje.


¿Y la henna negra?
Por otra parte existe en la actualidad la misconsepción de que existe la henna negra o henna de colores. Hay que comprender que el arte de el Mehandi se lleva a cabo al teñir la piel con la planta de la Henna. Y esta se mezcla únicamente con extractos y esencias 100% naturales. La henna tiñe la piel color café o ocre. Y en ningún momento esta pinta color negro. Claro que si existen compañías las cuales están vendiendo productos para teñir la piel a los cuales les llaman Henna, y pintan ya sea de color negro u otros colores. Estos productos no son naturales y por lo mismo pueden llegar a ser peligrosos y tóxicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario